by Edmundo Varela, Director de Cultural Americana Enseñanza de Idiomas
Cuenta la leyenda que una vez un turista caminaba por las calles de un país de habla hispana. Se encuentra con un grupo de personas y les hace la pregunta de rigor: “Sorry, do you speak English?”. Las personas se miran entre ellos y uno contesta “sorry, no hablamos inglés”. El turista vuelve a la carga y pregunta “Sprechen Sie Deutsch?”. Los habitantes del país vuelven a mirarse entre ellos, esta vez con cara de asombro y uno de ellos le dice: “No señor”. El turista, hace un último intento y pregunta: “Excuse Moi, vous parléz francais?”. Esta vez lo único que recibe como respuesta es un movimiento de cabeza por parte del grupo. El turista se aleja cabizbajo y alguien de los del grupo dice: “¿vieron cuántos idiomas que hablaba este gringo?”, y otro de ellos le contesta: “para lo que le sirvió…”. Y el grupo se retira entre carcajadas.
Unos metros más adelante, un joven que sí entendía inglés pudo ayudar al turista, lo acompañó al hotel que estaba buscando, entabló una relación de amistad y, pocos años más tarde, se convirtió en el principal distribuidor en ese país de los productos de electrónica que vendía “el gringo”.
Esta historia -que probablemente sea cierta- sirve para ejemplificar la importancia que tiene hablar una segunda lengua además de la propia y cómo puede afectar positivamente la vida de las personas.
Un estudio realizado hace pocos meses en conjunto entre el Ministerio de Educación de España y el British Council, y publicado en el diario El País de Madrid, utilizó la experiencia de 120 escuelas públicas bilingües españolas, para demostrar que los alumnos que en el colegio aprenden una segunda lengua obtienen mejores resultados en el aprendizaje de la propia lengua.
El aprendizaje de una segunda lengua (y en algunos casos de una tercera), no es una pérdida de tiempo como antiguamente se pensaba, sino que se trata de una inversión, porque el aprendizaje de otro idioma no sólo acrecienta las posibilidades de conseguir un mejor trabajo impactando positivamente en su situación económica personal como en el ejemplo relatado, sino que enriquece la vida social y cultural del individuo pues el idioma es la clave de la cultura.
Pensemos por un instante en lo que ocurre en el mundo actual. Internet es una fuente inagotable de información, mucha de la cual se encuentra en inglés. La tecnología, que no detiene su marcha, nos entrega permanentemente nuevos desafíos también en inglés, el mundo de los negocios y de la ciencia se manejan casi exclusivamente en inglés… Así podríamos seguir citando casos en los que el inglés es casi el idioma excluyente para expresarse y entenderse.
En nuestro país se da otro fenómeno interesante, que refuerza el aprendizaje de una segunda lengua. Por nuestra ubicación geográfica somos vecinos de una de las potencias económicas del mundo y, tal vez, uno de los países con mayor proyección y crecimiento en los próximos años: Brasil. La bolsa de comercio de San Pablo es hoy la segunda bolsa del mundo detrás de la de Hong Kong, Petrobrás es la segunda empresa petrolera después de Exxon Mobil, los índices de crecimiento actuales y proyectados para la economía brasileña son de los más atractivos del mundo. Lo mejor y más importante para nosotros es que Brasil (por su proximidad geográfica y su afinidad cultural) será sin duda una referencia obligatoria para todos los argentinos en los próximos años.
Por estas razones, el portugués será un idioma de aprendizaje casi excluyente para todos aquellos que quieran hacer negocios, conseguir mejores trabajos o visitar las que para muchos son las mejores playas de la región. Además, con seguridad, se complementará con el inglés como idioma universal de negocios.
Finalmente, aprender otro idioma ayuda a las personas a entender que el mundo no es todo igual, que existen diversidades culturales y a desarrollar confianza en sus relaciones sociales porque mejora su interacción con el entorno, preparándolas para el futuro que será cada vez más exigente. Porque como muchas veces ya se menciona: “el analfabeto del futuro será quien no maneje una computadora y no domine otro idioma”.
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